Preludio 14, Ricardo Rojas

Deseo-de-saber y Entzweiung del Sujeto*

“Tal es el al menos el camino que ha franqueado
 la neurosis al psicoanalista para que el la acabe
 en verdad por su repetición. (…) Es eso lo que él
no podría llevar a cabo sino al suponerse al deser
no ser sino deseo-de-saber”  Jacques Lacan[1]

 

El sintagma deseo-de-saber introduce paradojas. En El Banquete [2] de lo que se trata, en el deseo-de-saber, es del agalma, lo que se puede leer con la clave: ser-de-saber y ser-de-verdad.[3].  Si se desprende un efecto de verdad, se marca la primacía del significante donde el deseo es un deseo-de-sabersuscitado de una causa conexa a la formación del sujeto[4] con su efecto de desdoblamiento — Entzweiung — entre ser-de-saber y ser-de-verdad, entre el “pienso” y el “soy”. Entre el saber y la verdad hay un agujero, el objeto “a, porque aunque en la mira está el ser-de-verdad, el agalma, esta traza que persigue el analizante en su análisis, es imposible de alcanzar. Topología del sujeto en sus relaciones con estos tres términos:

topo

La Primera versión de la Proposición del Pase [5] sitúa al analista a nivel de la “s” de la pura significación que solo puede ser determinable por un deslizamiento que es deseo, y donde no hay otra elección que hacerse deseo del Otro, en su forma pura como deseo-de-saber. La función del agalma del Sujeto-supuesto-Saber es entonces la manera de centrar aquello de lo que se trata en la escogencia de saber en el momento del pase y resaltando que el no-saber es central.

El plus-de-gozar,[6] es lo que responde a la pérdida de goce, de donde viene una animación feroz que se conjuga con el deseo-de-saber.La verdad es puro deseo-de-saber” pero el efecto de pensamiento se vuelve sospechoso, el pensamiento no es solamente la cuestión planteada acerca de la verdad del saber – gran paso hegeliano – sino que el avance freudiano es plantearlo como lo que impide el acceso al saber, punto desfalleciente del “yo no sé” de donde surge el inconsciente como un deseo (de saber) con su dimensión de lo informulable, tal  como en el sueño de Freud de “él no lo sabía”. La verdad que el psicoanálisis interroga en el inconsciente, como “desfallecimiento creador de saber”, como punto de origen del deseo-de-saber, de un saber censurado, no viene a ser más que un correlato de ese desfallecimiento. En el estudio de las relaciones entre el saber y la verdad en el abordaje diferenciador entre deseo y demanda, lo que Freud aporta –nos indica Lacan– es la designación de un lugar de incidencia de un deseo particular, punto en el que la sexualidad entra en juego como fundamental en el dominio del deseo-de-saber.

El deseo-de-saber [7] no conduce al saber, es más bien el discurso de la histérica lo que conduce al saber y es ella quien fabrica un hombre animado del deseo-de-saber, mientras que es como objeto “a que el analista ocupa la posición en el discurso, es decir que se presenta como la causa del deseo para el sujeto, ofreciéndose como punto de mira de la operación analítica, insensata, digamos paradojal, en tanto que el sujeto se compromete a seguir la traza de un deseo-de-saber que no tiene nada que ver con el saber.

Del lado del analizante hay más bien “horror de saber[8], que deseo-de-saber lo que lo hace diferente al deseo del hombre como deseo del Otro. Al deseo-de-saber se le atribuye entonces el deseo de inventar el saber.

Por ello el pasante testimonia estar al servicio del deseo-de-saber incluso sin reconocer lo que él porta, lo mismo le ocurre al pasador que allí interroga, un riesgo para ambos [9] es que ese saber se construye poniendo de su propia cosecha, de allí que los otros saberes no permiten darle su lugar, más bien esto es lo que hace dudar que el propio saber ha pasado por la barra, y es de allí que es necesario, nos dice Lacan, un pasador para escuchar eso. Es decir si se cede al peso de la puesta en su lugar por otros saberes — por ejemplo la tentación de llevar lo escuchado a la doxa —más que a preservar el peso de lo inédito, se termina creyendo que el saber no ha sido barrado y por lo tanto la respuesta del Cartel podría ser que no están convencidos del final. Tal vez para sortear esta Verleugnung sería necesario para los integrantes del Cartel del Pase “el pertenecer[10] como los pasadores a ese momento del pase, para que pueda escucharse ese saber particular que se sale del marco de otros saberes establecidos y aquí retornamos al punto de partida del epígrafe en el que el deser no es sino deseo-de-saber, (de saber) del agujero, por eso el paréntesis introducido por Lacan, que escribiremos (a).


NOTAS:

*Este Preludio  hace un recorrido por la enseñanza de Lacan siguiendo la traza de este sintagma deseo-de-saber

[1] Texto de 3 de febrero de 1969, De una Reforma en su agujero, sin publicar, Versión de Patrick Valas.

[2] Es en el Seminario 8 La Transferencia donde Lacan hace un desciframiento del Banquete de Platón y es donde deduce estas relaciones del saber con el agalma.

[3] Es en el Seminario 12 Problemas cruciales del psicoanálisis donde Lacan aporta estas claves, aporten que será resaltado en la Reseña de enseñanza del mismo y la clase del Seminario 13 (20-04-1966) en la que comenta esta reseña.

[4] Es en su Texto de los Escritos publicado en 1966 que sirve de puntualización: De un designio, donde Lacan resalta ese trabajo de topologización desarrollado en el Seminario 12 Problemas cruciales del psicoanálisis, que es un Seminario que junto al siguiente hace precisiones en relación a que sujeto se refiere la conceptualización del psicoanálisis.

[5] Texto aparecido en los Otros Escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, donde desarrolla las relaciones del SsS y el agalma en relación al final del análisis.

[6] Es en el Seminario 16 De un Otro al otro, que él desarrolla la noción de plus-de-gozar y durante todo el seminario trata de precisar de que saber se trata en la experiencia analítica.

[7] Seminario 17 El Reverso del psicoanálisis, donde examina las relaciones del saber y la verdad en los discursos.

[8] Es el Seminario 21 Los-nombres del padre/Los desengañados no erran donde él precisa las relaciones con el horror de saber.

[9] 1974-05-08 Nota que Jacques Lacan dirige personalmente a aquellos que eran susceptibles de designar pasadores, Publicado en Analyse freudienne presse, 1993, n° 4, p. 42.

[10] Expresión heideggeriana desarrollada por Beatriz Maya en una de sus elaboraciones de su experiencia como pasador y pasante, Lo que pasa en el pase no.1, Publicación de la EPFCL-ALN